Ahí estaba yo en la sala de espera del traumatólogo, en medio de una de esas ceremonias importantes que marcan para siempre: ponerme el zapato izquierdo. Ni siquiera quité los restos de yeso que me quedaban en el pie; me puse un calcetín encima. Metí la mano en la bolsa ... ¡que bonito era mi zapato! ... Empecé a sentir cómo algo firme y a la vez flexible arropaba mi pie. Por un instante ... me sentí Cenicienta.Y... yo que andaba hacía tiempo buscando el principio de un nuevo cuento en mi vida...

sábado, 22 de mayo de 2010

SC.

Esto tiene muy mala pinta; con deciros que he suprimido una de mis costumbres mañaneras. Menos mal que la costumbre y yo llevábamos poco tiempo juntas y, por eso, la separación no ha sido tan dura. Aunque...fácil, fácil... tampoco. Es más, estoy en ese período en el cual hay peligro de reincidir y volver a engancharme. Eso sería terrible, porque, cuando eres reincidente, lo tienes muy negro. No sé por qué ni cómo empecé. Supongo que tendrá algo que ver con el hecho de que llevo unos días así como raros. El agobio y el hastío y... quién sabe, ese no sé qué que se te mete por dentro de vez en cuando, me arrastraron al mal camino. Y, ahora, pagando las consecuencias. Claro, que, he tenido una muy pronta reacción, un diagnóstico en el primer estadio. No sé, es duro hablar de ello, es como una terapia pública ... da vergüenza y todo eso. Aunque, mirándolo bien, la culpa la tiene el traumatólogo. La verdad es que, encontrar un culpable, me ha hecho sentir mejor. Resulta que me dijo que, para mi recuperación, era necesario que caminase algo (un poco, sin excederme); me dijo no sé qué acerca de la fijación del calcio, de la masa muscular y ... Yo que soy una paciente modelo (bueno, mejor dicho, modélica, que lo de modelo...) ¡a obedecer que se ha dicho!!! Así que... paseos cortos... varias veces... ¡Perfecto! Puedo ir,  cada día, a comprar los periódicos y el pan. Y... aquí empezó el problema. Noooo, no en el quiosco (al fin y al cabo, lo más nocivo que venden ahí es el "Cuore"... y ¡no es para tanto!). Sí, la panadería. No se conforman con vender pan integral en formato barra estrecha; no, ellos tienen que tener un montón de demonios calóricos disfrazados de dulces cositas. Y tienen la mala idea de poner todo bien a la vista, vamos que, vas a por la barra y... los ojos se te van inevitablemente hacia la repostería, y, por mucho que tú quieras, no puedes detenerlos. Mi voluntad, capaz de aguantar durante meses la dieta de las 1.200 calorías,  flaquea (¡buena palabra!) a veces de una manera... Pues... que me he "dao" a las rosquillas de Santa Clara. Lo que me salva es que sólo las tomo por la mañana y que... no soy la única de casa a la que le gustan (en estos casos más es menos). Pero estas cosas pasan factura y, hace unos días, he empezado yo a notar un ligero estrechamiento de alguna prenda de ropa en algún sitio muy concreto. Una empieza con eso de que "mira cómo ha encogido esta falda" y acaba pareciendo una morcilla embutida y... luego, comprando algo de ropa más sueltecilla y... al final... ese túnel cuyo final luminoso es la dieta de la uva. A mí es que ese túnel me da mucho miedo. Ya no he comprado más "santaclaras", incluso ayer, en vez de algo dulce, me compré dos ciruelas de esas tan gordas con el hueso muy pequeño que traen de Chile (¡que también están dulces!¡eh???). La ropa se ha mantenido en su tamaño, no ha encogido más; no he tenido que comprarme nada nuevo; el túnel dietauva está lejos y...cada día, cuando voy a abrir la nevera leo ese cartel que he puesto hace una semana:


¡Lo contenta que me pongo yo! que... ¡aún tengo 24 horas para comer lo que quiera!

4 comentarios:

  1. Maria, que sabias tus palabras!!!!!

    Lo bueno de comerte todo, es saber que a continuacion le sigue la famosa frase, el lunes empiezo la dieta si o si! y como decis vos tenes 24 horas para aprovechar a comerte todo!!

    Lo que siempre digo es que lo dificil no es bajar de peso sino mantenerse!!!!

    besos Maria

    como siempre muy bueno tu blog!

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  2. Cande, lo de "sí o sí!!!" me da mucho miedo. ¡¡¡¡Horror!!!! Hace tiempo, ante un dilema de estos en los que parecía haber sólo dos respuestas posibles, una persona me decía algo así como que había una tercera: tomar mi camino, el que yo quisiera. Así que... he decidido ser una mujer de tercera opción.

    Un beso

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  3. A mi también me encoge la ropa jajajja. Aunque el susto mas gordo fue con mi primera lavadora a 60º ajajaja.
    PD: me mola lo de la tercera opción

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  4. Gracias, Tom. Me siento mucho mejor. Seguro que la ropa ha encogido realmente, habrá sido el lavado, claro que... no era a 60º, encima era a mano, ¡ah! Ya sé, antes de ponerme a dieta ¡cambiaré de marca de detergente! (por si acaso es éste el problema) Quien no se consuela...es porque no quiere.

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