Ahí estaba yo en la sala de espera del traumatólogo, en medio de una de esas ceremonias importantes que marcan para siempre: ponerme el zapato izquierdo. Ni siquiera quité los restos de yeso que me quedaban en el pie; me puse un calcetín encima. Metí la mano en la bolsa ... ¡que bonito era mi zapato! ... Empecé a sentir cómo algo firme y a la vez flexible arropaba mi pie. Por un instante ... me sentí Cenicienta.Y... yo que andaba hacía tiempo buscando el principio de un nuevo cuento en mi vida...

domingo, 23 de septiembre de 2012

En todo este tiempo...

... me han pasado algunas cosas:


  • he vivido una temporada en un hotel barato a las afueras de Ciudadadoptiva
  • he buscado piso
  • al final, he encontrado un piso horroroso
  • las caseras han resultado ser tipo la niña del exorcista (sobre todo la madre)
  • mis cosas han "sufrido" algún percance en el guardamuebles y ... tengo que tirar casi todo
  • he matado mi primer ratón.



... he aprendido otras:


  • que mi auténtico hogar está dentro de mí. 
  • que no pasa nada por tirar mis cosas (a las que, por cierto, estaba apegada). Las compré para hacerme la vida cómoda y, ahora, tras el "percance" me la hacen incómoda... así que ... no tiene ningún sentido conservarlas.
  • que puedo hacer mucho más de lo que imaginaba.
  • que tratar de darle a un ratón con un palo de escoba, mientras corre haciendo círculos, no es un método efectivo para matarlo.


... he mirado dentro de mí:


  • el paisaje es horizontal y sereno y, en el cielo, eso que me pide siempre mi Princesa Bicho  que le dibuje: un sol con sonrisa.


Alexandr Labas, Koktebel (Crimea). Bruma matutina