Ahí estaba yo en la sala de espera del traumatólogo, en medio de una de esas ceremonias importantes que marcan para siempre: ponerme el zapato izquierdo. Ni siquiera quité los restos de yeso que me quedaban en el pie; me puse un calcetín encima. Metí la mano en la bolsa ... ¡que bonito era mi zapato! ... Empecé a sentir cómo algo firme y a la vez flexible arropaba mi pie. Por un instante ... me sentí Cenicienta.Y... yo que andaba hacía tiempo buscando el principio de un nuevo cuento en mi vida...

domingo, 2 de mayo de 2010

Tengo un secreto...

 ...conozco una dieta para adelgazar muy efectiva, sin hambre, sin ejercicio, sin medicamentos raros... de puro simple, es difícil; y no siempre se consigue. Pero... cuando tienes éxito con ella... no sólo adelgazas, sino que te mantienes delgada; sin contraindicaciones, sin contar calorías y ... comiendo chocolate. No hace falta tener un libro de instrucciones, ni siquiera una hoja de papel. De hecho, son sólo dos palabras: Ser Feliz. Cuando soy feliz, mantengo mi peso (a pesar del chocolate o las patatas fritas) y, cuando no lo soy, ni aún toda la ensalada del mundo consigue mantener mucho tiempo mis logros adquiridos con  hambre, sudor y lágrimas.

Voy a dar una pista acerca de mi estado actual: ¡llevo una 48!

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