Ahí estaba yo en la sala de espera del traumatólogo, en medio de una de esas ceremonias importantes que marcan para siempre: ponerme el zapato izquierdo. Ni siquiera quité los restos de yeso que me quedaban en el pie; me puse un calcetín encima. Metí la mano en la bolsa ... ¡que bonito era mi zapato! ... Empecé a sentir cómo algo firme y a la vez flexible arropaba mi pie. Por un instante ... me sentí Cenicienta.Y... yo que andaba hacía tiempo buscando el principio de un nuevo cuento en mi vida...

miércoles, 7 de julio de 2010

Sorpresa (y II).

¿Pero qué es eso?  Parecía algo peligroso, o, cuanto menos, inquietante. Aunque suelo fiarme de mi intuición (que, en ese momento, estaba en modo aquí-no-pasa-nada), era la razón la que había tomado el mando. Razona, ésta es una casa de militares; quiere decir que han vivido militares en este piso. El casero, como puedes ver, no se ha esmerado al vaciar las habitaciones, así que, aquí hay cosas de ocupantes anteriores. No tienes ni idea de temas militares, ni mucho menos de armas, pero este chisme tiene una pinta horrible. Nooo, ni se te ocurra tocarla; y mucho menos, moverla; ni te acerques. Parece de hierro, macizo; pero, no lo sabes. ¿Qué pinta tendrá un artefacto explosivo???? No es tan fácil. Ni siquiera tienes todavía internet, además, no creo que teclear en Google imágenes "artefacto explosivo" te sirviese de mucho. Además, parece del año que reinó Carolo, esto es una reliquia. ¡Madre mía! ¿Explotará si vibra el suelo????? ¡Ay! ¡Que esto lleva dentro algo que explota! ¡Quién te manda no haber mirado mejor! Tranquila, todo tiene solución. Además, de todos modos, los anteriores inquilinos han vivido con esto y ...¡no hay restos de explosiones por ninguna parte! Pero tienes que buscar solución. Tú no quieres vivir con la cosa esta ni un día.

Plan A: preguntar a los caseros. No son militares, pero sabrán qué hacer.
Tal vez los caseros se desentiendan, o me digan que no hay que preocuparse y sea mentira. No séeeee.

Plan B: preguntar a la vecina. Parecía simpática. Su marido es militar. Seguro que lo resuelve...
No hay que confiar plenamente en un plan, por muy bueno que éste parezca.

Plan C: (aquí ya empezaba la cosa a ponerse trágica). Llamo a algún sitio militar. La casa es de militares.
Por si acaso...

Plan D: (in crescendo). La policía, eso es, ¡la policía!.

A partir de la letra D, los planes, vistos en frío, resultan surrealistas. No digo hasta qué letra llegué, ni en qué letra el plan era llamar al camión otra vez y salir del piso corriendo.

Plan A: pregunto a los caseros:

- Y.... estooooo... ¿es algo... peligroso?
- Esto es una pesa. (La casera sonríe...). Para hacer ejercicio.
- ¿Una pesa? (Sonrisa).

Y es así como yo, María, adopté aquella pesa y le dí el lugar que se merecía en mi casa. Pasó a ser La Pesa. Lamentablemente, no me siguió en mi posterior mudanza; al fin y al cabo, no había sido una adopción en regla, tan sólo una acogida. Ahora, La Pesa tenía que seguir con sus "tutores legítimos", los caseros, que... al final, me dejaron sin la parte más interesante de la historia: cómo aquel objeto tan curioso llegó al piso.

10 comentarios:

  1. Pues que peso me has quitado de encima, por que no paraba de darle veltas!

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  2. vale...pero sirve para a atar al perro ¿no?...¡¡jajajaja!!

    besos.

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  3. ¡Vaya! Una pesa..., no es peligroso pero le quita emoción al asunto, ¿no? De todos modos chula es,¡ eh!

    Besitos.

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  4. Tom: ¡Pues imagina el que me quité yo!

    Guardián: Sí, sirve para atar al perro; porque... ¡no sabes lo que pesaba aquello!

    Campoazul: La verdad es que, tienes razón, una pesa no es emocionante. Pero... en este caso, ¡mejor algo tranquilito!




    ¡Besos a todos!

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  5. Es una pena que no te la hayas quedado. Es muy chula. Hoy en día están un tanto de moda como sistema de ejercicio pero se utilizan versiones más modernas, claro (en Inglés las llaman kettlebells).
    Por cierto, ¿vives en algún país del Este? La historia mola en cualquier caso. Suena un poco a película de cine negro de primera mitad del siglo XX en un país al otro lado del telón de acero ...

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  6. Underprimo: ¡Lo tuyo con estas pesas es un doctorado! No sabía que ahora también se utilizaban, ni, mucho menos el nombre en inglés. De hecho, si no hubiese encontrado aquella en mi antigua casa, nunca habría sabido de su existencia. La verdad es que era una de esas cosas que te apetece guardar, pero... ¡Ah! era muy pesada, yo creo que pesaba casi como una maleta, aunque, claro... como no han inventado pesas con ruedas, ¡me costaba bastante moverla! ¿Por qué piensas que vivo en un país del Este? Mmmm, suena bien...

    Un abrazo

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  7. Dí una vez de casualidad con tablas de ejercicios para las pesas rusas ésas y por eso lo sé. Yo no tengo pero me da la impresión de que caerán algún día. Los ejercicios son muy completos porque ejercitas músculos que con otros tipos de gimnasia no ejercitas. Las han utilizado en el ejército ruso desde hace muchos años y esos tíos no son precisamente flojerillas.

    La que encontraste era, por la foto, un modelo antiguo y por lo tanto bastante pesada como dices. El peso normal es creo que 16Kg. pero hoy por hoy las tienes en muchos otros pesos. Lo que importa en cualquier caso es la forma, por eso son tan efectivas.

    Lo del país del Este lo decía porque dices que había sido una casa de militares y juntándolo con la pesa rusa pensé en algún país ocupado por Soviéticos tras la Segunda Guerra Mundial o en Rusia mismo claro. ¿Me he confundido mucho entonces?

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  8. Bueno, bueno, Underprimo, no sólo me facilitas un montón de información sobre mi “tesoro encontrado” sino que, además, coges mis historias y haces tus propias deducciones... Esa es una de las cosas que pretendo: que cada uno imagine, que llegue a su propia conclusión. Cada uno tendrá su propia localización de la historia y, sea la que sea, esa es la auténtica. Yo no soy el narrador que todo lo sabe; sino un narrador que ignora muchas cosas; tal vez ignore, incluso, dónde tiene lugar la narración, ¡quién sabe!

    Me ha gustado que hayas dedicado algo de tiempo (aunque haya sido sólo un poquito, no lo sé) a sacar conclusiones. Ante esto, sólo puedo corresponder y … ¡yo también he puesto mi capacidad deductiva a trabajar!

    Antes de que me lo dijeras en un comentario, supuse que vivías en el extranjero (he conocido muchos expatriados y … tú encajarías, más o menos, en alguna de las categorías).

    - Tienes curiosidad hacia cualquier cosa que desconozcas y no pararás hasta que obtengas la información que ignoras (y no se te da mal, por lo que creo, eres realmente minucioso en esto).

    - Tu capacidad de análisis de la información que manejas no está mal (lo que no significa que siempre llegues a la conclusión correcta; porque... ¡bueno, no me meto en esto, que sería largo!).

    - Tal vez trabajes de analista.

    - No te veo comprando una de esas pesas: porque, por lo que he visto en internet, las tablas de ejercicios son para personas muy expertas y a tí no te pega pasar 3 horas al día en el gimnasio. Yo creo que tú sabías lo que era no por ser pesa, sino por ser rusa. Quiero decir, no pienso que tu campo de interés en este caso sea el deporte, sino lo ruso, soviético, Europa del Este... (o como quieras llamarle).

    - Y... mi gran deducción, basada en esa teoría del espejo que sirve para tantas cosas: eres tú el que vive en un país del Este.

    - Edad: andas por los cuarenta. ¿?

    Bueno, no hace falta que me confirmes ni desmientas nada. No soy una persona curiosa. Puedes hacer como yo, dejar paso a la imaginación. Simplemente, pensaba que... podría resultar un ejercicio divertido (¡mucho más que mover una enooooorme pesa esférica!)

    Un abrazo

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  9. Jajajaja, me ha gustado tu respuesta. Ingeniosa eres un rato. Pero en fin, éste es tu blog, no el mío. Devolvamos el protagonismo a la verdadera estrella ;)

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  10. Underprimo, gracias por tus halagos. ¡Ah! Eso de protagonismo y estrella... ¡un hábil lanzamiento de pelota!

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