Kandinsky
Fue una época larga de vivir y corta de contar. Cada día era parecido al anterior y mi vida no avanzaba en ningún sentido. El día a día se comía una por una todas mis fuerzas. No tenía una vida, simplemente sobrevivía. Ha habìdo después situaciones más duras, días peores que aquellos... pero yo ya era otra María, más fuerte incluso y con muchos más recursos adquiridos. Entonces era diferente; todo era nuevo, no sabía qué hacer; no había nadie a quien preguntar, porque nadie en mi círculo tenía nada parecido en su catálogo de experiencias vitales.
Fue, sin lugar a dudas, el capítulo más intenso de esta pesadilla que me ha robado tanto: unos años de mi vida que ya no vuelven; muchos momentos de felicidad; sueño y sueños; ilusiones... y, sobre todo, me ha robado mi historia auténtica, esa que ¨me tocaba vivir, y la ha convertido en la que "tal vez sea mi historia". Perdí personas: alguna porque comprensiblemente se sintió desbordada por esta situación que daba tanto miedo; esas siguen teniendo un lugar dentro de mí y quién sabe, ojalá vuelvan un día. A otras las perdí porque nunca las tuve y, agradezco a cada una de ellas el regalo que me hicieron con salir de mi vida. Estas últimas fueron personas que conocí aquí (aunque eran españoles) y que, aunque yo no lo sabía, resultó que se movían en el círculo de los especiales.
Fue una época de pérdidas, en la que, día a día, iba sintiéndome despojada de cosas muy mías. Me arrancaron de cuajo algo que era muy importante para mí: la confianza en las personas. Resultaba duro ver cómo personas a las que consideraba amigas o, al menos, con las que creía tener una relación cordial; a las que yo misma había abierto la puerta de mi casa... trabajaban para los especiales y, además, se ocupaban de mi caso. Es tan duro sentirse traicionada...
Y... fue una época de pesadilla veinticuatro horas, sin tregua ni descanso. Pero esto último forma parte de la leyenda de La Oficina (en el post de mañana).
Bueno, la vida no es fácil. Llega un momento que hemos de fijar el rumbo y navegar como si las tormentas anteriores nunca hubiesen existido.
ResponderEliminarUn beso.
Tienes razón, Disancor. Hay que llegar a ese punto en el cual se navega como si nunca hubiese habido tormentas. Ese punto te abre el camino hacia la siguiente etapa: navegar por encima de las tormentas actuales, cuando consigues esto, no hay quien hunda tu barco.
ResponderEliminarUn beso
Pues sí que has vivido una larga pesadilla, pero decirte que esas personas que perdiste, las habrías perdido en cualquier otra situación..., hay gente que nunca está del todo unida a nosotros.
ResponderEliminarBesitos.
Campoazul, en realidad no es malo "perder" a algunas personas, en realidad nunca han estado con nosotros, así que ... mejor darse cuenta pronto.
ResponderEliminarBesos
Yo sí creo que tu historia es verdadera y me muerdo los puños de impaciencia y mira que nos lo haces laaaaargo.
ResponderEliminarBueno, a algunas personas mejor perderlas que encontrarlas... pero seguimos sin entender nada... eras espía?? Te espiaba la CIA, la KGB??? Entraste a Gran Hermano??? Cambiaste de identidad??? Sos Angelina Jolie y no lo sabemos???
ResponderEliminarFeliz Navidad!!!!
PD. Hace rato que ya no creo en las personas...
Pseudosocióloga, tal vez sea verdadera.
ResponderEliminarPeregrinopurpura, no, yo no era espía, ni lo soy, ni tengo ninguna intención de serlo; me parece un mundo sórdido del cual, una vez que entras, ya no sales. Bueno, para todas las preguntas, la respuesta es que no.
ResponderEliminarLos "malos de la historia" no son extranjeros, son españoles.
¿Qué te pasó a tí que no crees ya en las personas?
Besos
Lss traiciones, o las decepciones (que vienen a ser parecido) siempre duelen. Sobre todo cuando no las esperamos. y cuando uno está lejos de su casa aún duelen más.
ResponderEliminarEn cualquier caso, añ final, ni nos quitan ni nos dan , nos acompañan (o nos llevan) por el camino.
Mucho tiempo sin postear, me alegro de verte ;)
Alcorze, ya lo creo que duelen; pero también enseñan mucho.
ResponderEliminarSí, la verdad es que he llevado una época poco productiva en cuanto a posts se refiere; pero, es que ha sido complicada: reincorporarme al trabajo; dificultades burocráticas... Bueno, y, sobre todo, que tengo que ponerme una conexión a internet decente en casa; de manera provisional compré una de esas móviles de prepago que es de traca (se desconecta todo el tiempo, no me permite cargar imágenes en el blog; no puedo hacer comentarios en algunos de los blogs - curiosamente, el mío es uno de ellos-). De vez en cuando iba a un cíber; pero da mucha pereza. Ahora estoy haciendo un "turrones el Almendro, vuelve a casa vuelve por navidad" y, eso va a notarse en el blog.
¡Yo también me alegro de que nos veamos otra vez!
Pues fíjate que con los años he llegado a la conclusión de que , aunque duela, hacer una pequeña purga de falsos amigos es necesario de vez en cuando; te sirve para valorar de verdad a los reales.
ResponderEliminarDesde luego esta historia es dificil de creer, pero hay tantas veces que la realidad supera a la ficción que bueno...
ResponderEliminarLo mejor que te decidas a abrir la ventana de una vez!
Hay personas que mejor perderlas que encontrarlas, me alegro de que las hayas perdido antes de encontrarlas definitivamente.
ResponderEliminarSigue siendo atrapante leerte, sigue gustándome mucho darme una vuelta por Ciudadadoptiva y saber que estás bien, y que sigues escapando de los especiales.
Un beso enorme, guapa! Se te extraña :)
Hoy en la mañana dejé un comentario, pero justo mi pc se colgó y no sé si llegó a publicarse.
ResponderEliminarMe avisas, amiga.
Un beso grande :)
Doctora Anchoa, yo también veo positivas estas purgas. Así van quedando los que de verdad valen la pena. Estoy contenta con los amigos que tengo en este momento; soy afortunada.
ResponderEliminarNeko, sí es una historia difícil de creer, es atípica. Tal vez sea cierta... Ante historias así, sólo hay una manera de saber si son verdaderas o no: dejarte llevar por lo que sientas, esto no falla.
Chica de la Farmacia, yo también os he extrañado todos estos días que no he prestado mucha atención al blog. Fueron los días de mi regreso y tenía tantas cosas dándome vueltas por la cabeza que … me resultaba difícil escribir con regularidad. Gracias por tus palabras y … también leerte a tí resulta adictivo.
¡Ah! Como ves, llegó tu comentario.
Muchos besos.
María, todo esto que cuentas en pasado, supongo que quedó ahí, en el pasado, ¿no?
ResponderEliminar¿Ahora es todo diferente?
Un beso y feliz entrada de año!!
Teresa, todo es pasado. A veces, las circunstancias siguen; pero la persona es otra y ha aprendido a encararlas de otra forma y, entonces, todo es diferente.
ResponderEliminarUn beso y ... un año nuevo lleno de tartas y galletas y cosas dulces.