Ahí estaba yo en la sala de espera del traumatólogo, en medio de una de esas ceremonias importantes que marcan para siempre: ponerme el zapato izquierdo. Ni siquiera quité los restos de yeso que me quedaban en el pie; me puse un calcetín encima. Metí la mano en la bolsa ... ¡que bonito era mi zapato! ... Empecé a sentir cómo algo firme y a la vez flexible arropaba mi pie. Por un instante ... me sentí Cenicienta.Y... yo que andaba hacía tiempo buscando el principio de un nuevo cuento en mi vida...

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La leyenda de La Oficina.


Kay Nielsen, Ilustración de "La casita de chocolate".

Cuenta la leyenda que, en el centro de Ciudadadoptiva hay un bonito edificio de exterior abigarrado. Una placa de líneas simples contrasta con la fachada, unas letras no muy grandes confirman al visitante que se encuentra ante "La Oficina"; un lugar en apariencia importante. 

Dicen que en La Oficina hay dos niveles: el de los ventanales y el de los ventanucos. Las pisadas del personal de La Oficina que pasea su aparente hipercorrección por despachos de grandes ventanas que se abren a la calle retumban en los sótanos donde habita algo oscuro y siniestro. Arriba y abajo, tan cerca, separados por sólo unos peldaños. El sótano, con sus minúsculas ventanas a ras de suelo es el reino de los especiales, unos seres temibles, devoradores de información, a los que todos tratan de aplacar ofreciéndoles datos, informes, detalles que puedan interesarles. Tienen un poder subterráneo, pero muy temido. Los rumores cuentan que nada ni nadie se les puede negar cuando dicen que lo necesitan por razones de los  secretos servicios que dicen prestar a La Oficina. 

Si les gustas y quieren que trabajes para ellos, irán a por todas. Les gusta captar a través del miedo; una presa aterrorizada es una presa fácil. Se cuenta que no aceptan una negativa; y que la vida de quien les dice que no se vuelve muy difícil. Lo que proponen no es limpio, hay que hacer cosas con las cuales no te sientes bien; a cambio, recibes dinero, prebendas y, sobre todo, inmunidad (mientras les intereses no te atacarán). Decirles que no... no lo aceptan... un no significa... que no vas a tener tranquilidad, ni vida, que vas a perder muchas cosas, que vas a vivir siempre con la armadura puesta y mirando a tu espalda. Un no significa infierno en tu casa, infierno en tu vida... infierno en La Oficina. Vigilancia veinticuatro horas... cámaras en todos los sitios... te siguen en Paísadoptivo, en España... que te repitan tus conversaciones telefónicas privadas... que manipulen tu teléfono (corten las llamadas, te dejen días sin línea...)... que te cuenten cosas muy antiguas de tu vida para demostrarte que te han investigado a fondo... Un no es vivir continuamente preparada para lo peor: que estén dentro de tu casa, que te aborden en no sé dónde... Dices no y cada vez que sales de casa quitas todo lo que quieres que de ninguna manera vean, nunca dejas ropa interior sin lavar y, en vez de tirarlos, quemas los pequeños papeles. Te has negado y ya no puedes tener agenda ni diario; todo tiene que estar anotado en tu cabeza; en tu lugar alguien tiene que conservar tus notas importantes.

Pero hay un rayo de esperanza: El Conjuro. Dice El Conjuro que nunca podrán con una persona que tenga una historia limpia y una conciencia tranquila; que  sea fuerte por dentro; que, de cada uno de sus ataques, saque, al menos, una lección y que sepa en quién apoyarse en cada momento. Según El Conjuro, una persona así sufrirá mucho al principio; pero, poco a poco, irá adquiriendo recursos para  que le afecte menos y para salir adelante.

Un brujo me habló de El Conjuro. Y me dijo que, cuando Los Especiales te atacan, te dan también mucha información, ases para esconder en la manga; hay que tener la cabeza serena para recogerlos, almacenarlos y ... paciencia, mucha paciencia. 

Por si acabas de incorporarte a la historia:

9 comentarios:

  1. Amigaaaaaa!!!! Tú eres esa persona! Saldrás adelante porque tienes muchísimos ases escondidos. Y sé que seguirás encontrando pistas. Seamos pacientes. Sé que saldrás adelante.
    Un fuerte beso, y abrazos, muchos.
    Me encanta que retomes el ritmo de a poco, más en estas fechas :)

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  2. Gracias, Chica de la farmacia.

    Muchos besos y abrazos para ti también.

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  3. Tener una conciencia y una historia limpia no tiene porqué estar reñido ni con los ases en la manga ni con los conjuros. De vez en cuando hay que sacar a pasear nuestro lado tahur para defender a los buenos ;)

    Feliz Año!!!

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  4. Pues empiezo a entender que hasta los comentarios necesiten tu visto bueno, ¿y esa vida te compensa?.Poeque ser fuerte las veinticuatro horas del día es agotador.

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  5. Alcorze, sí de vez en cuando hay que ser un poco malo para ser bueno ;).

    ¡Feliz Año!

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  6. Pseudosocióloga, compensa; todo depende de la perspectiva desde la que se mire. Veinticuatro horas al día tratando de ser fuerte, al final te hacen fuerte de verdad y ya no te cansa.

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  7. Estoy totalmente de acuerdo con Alcorze, pero reconozco que yo no predico con el ejemplo y así me va que muchas veces me toman por el pito del sereno por no dar de vez en cuando un puñetazo encima de la mesa.

    Un abrazo y feliz año.

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  8. María, es lo que pasa que, desgraciadamente, hay personas que no te respetan a no ser que des el puñetazo en la mesa. A mí no me gusta nada ir de esa manera, aunque, a veces no me ha quedado otro remedio.

    Besos y feliz año también para ti.

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  9. Ay, María. Se me ponen los pelillos de punta con los especiales. Creo que eres una de las personas con mayor fortaleza que haya conocido, dudo mucho que yo pudiera aguantar tanto.

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